domingo, 17 de agosto de 2014

Jabón de café y chocolate

El café es una fuente de antioxidantes que ayudan a mantener la piel joven, y la cafeína que contiene ayuda a combatir la celulitis y prevenir la aparición de varices. El cacao es hidratante y rico en antioxidantes y ayuda a regular el tejido adiposo. ¿Decididos a probar este jabón? Vamos al lío.

Ingredientes

800 gramos de aceite de oliva virgen
200 gramos de aceite de coco
150 gramos de manteca de cacao
150 gramos de sosa
388 gramos de café bien cargado
Una cucharada de café molido
Dos cucharadas de cacao en polvo

Vamos a empezar preparando un café cargadito con agua destilada, y lo dejamos enfriar. Lo usaremos en vez de agua para disolver la sosa, así que lo metemos en el frigorífico para que esté muy muy frío. En general cuando usemos infusiones o similares en sustitución del agua tenemos que enfriarlas mucho o mejor aún congelarlas para que no pierdan demasiadas propiedades al calentarse con la sosa.
Lo primero, nos ponemos guantes y gafas (puedes ver una mejor explicación del proceso y las medidas de seguridad necesarias aquí).
Derretimos el aceite de coco y pesamos la cantidad necesaria. Pesamos y derretimos la manteca de cacao. Pesamos también el aceite de oliva y los mezclamos en un recipiente que resista algo de calor, con cuidado de que no solidifiquen.
Pesamos la sosa.
Pesamos el café frío.

Echamos la sosa sobre el café y mezclamos bien para disolverla. Empezará a apestar, pero tranquilos que ese olor no va al jabón.
Cuando esté bien disuelto y no demasiado caliente echamos la lejía sobre el aceite. Removemos un poco y luego metemos la batidora hasta que se forme la traza.
Cuando ya tenemos la traza, añadimos café molido que hará el jabón exfoliante (una cucharada es suficiente, pero al gusto). Añadimos también dos cucharadas de cacao en polvo.
Lo vertemos en el molde. 24-48 horas más tarde lo desmoldamos, lo cortamos y lo dejamos curar 6 semanas antes de usar.

viernes, 15 de agosto de 2014

Tazas decoradas - 2.0

Hace un tiempo intenté decorar unas tazas con rotulador permanente pero no quedé del todo satisfecha, probablemente porque me ganó la impaciencia y no dejé secar lo suficiente antes y después de fijar la pintura. Como el diseño de aquellas tazas me encantó y ya no desayuno a gusto con las tazas "desnudas", compré un rotulador específico para porcelana: Porcelain Pen de Hobby Line. El resultado:

 
 ¡Yo estoy enamorada! Y aunque insisto en que creo que el permanente puede dar resultados aceptables (aún tengo una taza de aquellas vivita y coleando), con estos rotuladores el aspecto es muchísimo mejor: un color más vivo y una ligera textura. Y muchas más posibilidades de color: además del "negro brillante" compré un "turquesa metálico" que queda fenomenal, y en la tienda tenían muchísimo más para elegir. Veámoslas en detalle:

La clásica

La naranja

El descubrimiento:

¡Ahora sí que desayuno bien!